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Que una empresa vaya por buen camino o no depende de la administración de su capital y de las inversiones que se realicen en cada etapa del negocio. Así pues, para alcanzar el éxito, es imprescindible llevar a cabo buenas prácticas a su vez que hacer análisis tanto externos como internos de la empresa de forma constante.
Qué es la rentabilidad empresarial
La rentabilidad de una empresa depende de la capacidad que tenga para obtener beneficios, por lo tanto, se trata del índice que mide la relación entre la inversión realizada para conseguir ganancias y la respectiva ganancia obtenida. Cabe decir que un error muy común es confundir este término con el concepto de ganancia. A pesar de que ambas métricas son contables y analizan el éxito en el campo financiero de la empresa, no son sinónimas.
Por un lado, la ganancia se define como la cifra absoluta determinada por los ingresos, gastos o costes de la empresa y se presenta en el estado de resultados sin importar el tamaño de la empresa. Por otro lado, aunque la rentabilidad esté relacionada con la ganancia, la diferencia es que la rentabilidad es relativa, pues se emplea para señalar la magnitud de las ganancias en relación a la dimensión de la empresa en cuestión (pequeña, mediana o grande). Es decir, la rentabilidad mide la eficacia que apunta el fracaso o éxito de la inversión realizada.
Asimismo, el retorno de inversión es otro concepto que suele aparecer cuando se habla de rentabilidad ya que el hecho de que una empresa obtenga ganancias no quiere decir que las inversiones realizadas hayan sido las más rentables. Por lo tanto, la meta de cualquier empresa es originar utilidades, las cuales se generan cuando los ingresos por lo vendido superan los costes por lo producido. En otras palabras, una empresa tiene que descontar los gastos realizados de lo que se ingresa por las ventas.
La relevancia de la rentabilidad empresarial
La rentabilidad es clave para conseguir una empresa exitosa pues si desconoces el porcentaje de capital invertido que has recuperado, no sabrás si la inversión ha sido buena o mala así como tampoco sabrás si ha habido ganancias o, por contra, has cometido errores. De tal manera que, comparando el valor de las ganancias esperadas con los gastos de operación, las proyecciones del índice de rentabilidad apuntan si el uso del capital ha sido adecuado.
La fórmula es la siguiente: dividir el valor presente entre la inversión requerida inicialmente. Si el resultado supera el uno quiere decir que el proyecto es rentable. Generalmente, los análisis de rentabilidad te ayudarán a ampliar tus ganancias así como también a mantenerte en el competitivo y dinámico mercado de forma exitosa. Ahora bien, si tu empresa está en fase de crecimiento, los análisis son todavía más importantes ya que te darán una visión más precisa de tu negocio, identificarán las diversas oportunidades y sabrás cuáles son las estrategias que te conducirán a un buen crecimiento.
Los elementos de la rentabilidad empresarial
Para medir la rentabilidad empresarial debes tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Ventas: es lo más relevante de una empresa y se maximizan si el negocio ha medido de manera adecuada la curva de demanda de sus consumidores. Por lo tanto, las ventas dependen de la demanda, del consumidor y del tiempo. Las ganancias se miden a través del índice de rendimiento de ventas.
- Precio: la fijación de un precio determina la ganancia. Para ello, tienes que llevar a cabo una estrategia de precios en base al tipo de consumidor (qué están dispuestos a pagar por el producto) y el tipo de industria (verificar los precios de la competencia).
- Gastos: para que tu empresa sea rentable los ingresos tienen que superar los gastos de producción, comercialización, publicidad, etc.
- Permanencia: debes saber cuánto te está costando o te va a costar permanecer en el negocio en el que estés. En este aspecto entran las acciones de la empresa.
- Medición: para saber si tu empresa ha tenido éxito, tienes que medir su rentabilidad, la cual te mostrará el desglose de gastos e ingresos que ha habido durante un año comercial. Sin embargo, a parte de la rentabilidad empresarial en general, también hay otras rentabilidades que se pueden calcular: la de un inmueble, la de un proyecto de inversión o la de una acción.
Estrategias para mejorar la rentabilidad empresarial
A continuación te explicamos algunas de las estrategias que puedes llevar a cabo para mejorar la rentabilidad de tu empresa:
Administración de gastos
Si analizas profundamente los gastos de tu empresa, es probable que encuentres ciertos elementos en los que puedas reducir los costes (proveedores, finanzas, instalaciones, producción, horas de trabajo, recursos…). Sin embargo, al realizar cambios, aseguráte antes de que la reducción no pondrá en riesgo la calidad de tu servicio o producto. En este caso, un presupuesto que se base en las actividades te puede ayudar a determinar los gastos reales, los cuales señalan cuánto cuesta cada proceso de tu compañía, los materiales o los salarios.
Optimización de producción e inventario
En general, la producción suele acarrear gastos importantes, no obstante, estos pueden optimizarse. Algunas opciones podrían ser controlar si con el tiempo aumenta el coste de la materia prima, disminuir los pedidos de los productos que tardan más en venderse, no excederte en las inversiones destinadas al inventario u optar por la venta cruzada para sacar partido a los productos estancados en el almacén.
Comprar con eficacia
Aunque es difícil saber la cantidad exacta de productos que tienes que comprar, en la base de datos de tus proveedores puedes verificar si es posible comprar artículos más baratos de forma regular. Así puedes evitar gastar de más pero siempre teniendo en cuenta si pones en riesgo la calidad de tu producto. Cabe decir que, a diferencia de lo que suele pensar la gente, cuantos menos proveedores tengas, mejor. Aun así, para evitar que tu negocio pueda verse afectado por la falta de opción, puedes contar con hasta unos 5 o 6.
Aumentar la calidad del producto
Si quieres aumentar el precio de tu producto debes aumentar también su calidad. Es recomendable que analices qué producto te proporciona más ingresos y optimices después su calidad. Una buena opción es recurrir a estrategias que mejoren la reputación del artículo y enfaticen también su valor.
Concentración de esfuerzos de venta
Para impulsar tu rentabilidad empresarial mediante las ventas es clave encontrar clientes similares a los rentables y vender más a los clientes rentables existentes. Así pues, tienes que definir cuáles son tus mejores clientes, qué suelen comprar y cada cuánto lo hacen.
Ampliación de variedad de servicios y/o productos
A los consumidores les gusta la variedad, por lo que si amplias tu gama de servicios o productos complementarás sus compras y puedes convertirte en esencial en sus consumos. Esta manera de responder a las necesidades de tus clientes no solo aumentará tus ventas y tu respectiva rentabilidad, sino que tu marca contará con una fidelización por parte de los consumidores.
Expansión de mercado
A parte de ampliar tu variedad de productos, también puedes expandirte en otras áreas del mercado. No obstante, es una acción arriesgada, por lo que antes de lanzarte te recomendamos estudiar tus opciones hasta que encuentres una oportunidad potencial. Por otro lado, también tienes que definir tus nuevos clientes potenciales, sus respectivas necesidades, cuándo y cómo compran, por qué razón y cuánto están dispuestos a pagar. Para obtener toda esta información puedes investigar qué hacen, opinan y buscan en las diversas redes sociales.
Mejora del plan de marketing
A día de hoy, estar presente en las redes sociales es clave para obtener éxito en tu empresa. De este modo, debes optimizar tu aparición en las redes que estén tus clientes y publicitar tus productos allí. Para captar mejor la atención de tus potenciales clientes, puedes desarrollar plan de Social Media. Te explicamos cómo hacerlo aquí.
Aumento de la productividad
Es muy probable que tu empresa tenga áreas en las que se puedan mejorar ciertos procesos para incrementar su productividad. En este aspecto, es clave medir la eficacia operativa de tu empresa continuamente, planificar los objetivos de tu negocio y compartirlos con tus equipos e ir analizando de forma frecuente si hay procesos que se puedan agilizar para que sean más eficaces.
Conclusión
En resumen, cuánta más información acumules, más sencillo te resultará mejorar la productividad de tu empresa. Si bien es cierto que no hay ninguna fórmula mágica que te lleve a una buena rentabilidad empresarial, si estudias los datos y resultados serás capaz de detectar qué áreas de tu negocio necesitan un cambio. La transformación positiva del curso de tu empresa te llevará al aumento de rentabilidad.
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