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Hasta ahora, muchas empresas presentaban una conciencia clara sobre algún tema en concreto, pero pocas actuaban de manera clara y sin rodeos en defensa de dicha ideología. Sin embargo, cada vez aumenta más la necesidad de contar con un comportamiento comprometido y tener un espíritu. Por ejemplo, la conciencia medioambiental es un aspecto que casi todas las empresas tienen en cuenta y, la gran mayoría, ha adaptado sus procesos de negocio, ha invertido dinero, ha transformado organizaciones y ha cambiado hábitos en base a las cuestiones del impacto sobre la naturaleza. De todas formas, no es así en todos los otros temas vigentes porque según qué tipos o maneras de adaptarse para cumplir con ciertos compromisos cuesta más. En este caso, puede ser que tu negocio no se pueda incluir en la denominación de marcas con ideología.
Qué es una marca comprometida
Puede ser aquella que presenta un compromiso serio con una o varias ideas o la que considera que la empresa es un actor social que transforma la sociedad mediante sus relaciones comerciales. No obstante, como los negocios son el reflejo de las personas que los dirigen o impulsan, el grado de activismo y compromiso dependerá del emprendedor. Si se trata de una persona con intereses egoístas e individualistas, dicho grado será menor y los cambios sociales serán menos relevantes. Por otro lado, si el negocio está impulsado por personas con intereses sociales y colectivos, su impacto será más notable y positivo para la sociedad. A partir de aquí, siguiendo los criterios de cada uno, se puede juzgar a la empresa y tener en cuenta también a quién compra los servicios o productos.
Los nuevos clientes
Como venía diciendo, una marca es el reflejo de su impulsor, así como también lo es del mercado en el que se mueve. De tal modo que, si una empresa adopta una política medioambiental comprometida, es porque su público objetivo lo pide. Una organización se suele basar en la necesidad del mercado y lo dice, trabaja e incorpora por compromiso interno. De hecho, la importancia de cuidar el medioambiente es un aspecto que ya ni se plantean las nuevas empresas, pues se tiene que tener un compromiso en este campo sí o sí.
Cabe decir que las nuevas generaciones no solo dan una gran importancia al medioambiente, sino que también consumen conciencias más profundas que abarcan más conceptos como por ejemplo el compromiso con la igualdad de género. Si bien es cierto que a día de hoy las políticas de empresa no han cambiado demasiado para reducir la brecha salarial, tienen este aspecto como una declaración de intenciones. En cualquier caso, al igual que los empleados están dispuestos a disminuir su sueldo en función de su compromiso con la empresa, los consumidores están dispuestos a pagar más si el comportamiento de la empresa coincide con sus compromisos personales.
Y es que cada vez se toman más decisiones de compra en base al alineamiento emocional de las marcas con los consumidores. A pesar de que no siempre sea por cuestiones morales o éticas, las emocionales no suelen fallar. Por consiguiente, las marcas se tienen que adaptar a las nuevas generaciones de compradores con mayor compromiso social si quieren destacar dentro del mercado y seguir obteniendo ingresos.
Mejorar el mundo
Hay una creencia de que las empresas tienen que carecer de humanidad y ser despiadadas y, aunque años atrás fuera así, actualmente las marcas comprometidas suelen ser las que más perduran. Dentro la era de la sobreinformación en la que vivimos, la sociedad se puede informar cuando, donde y sobre lo que quiera. De hecho, las personas no suelen mirar hacia otro lado si ven una injusticia porque, por naturaleza, el ser humano no es malo. De tal modo que, al igual que nos juntamos con aquellos que comparten nuestras creencias y maneras de vivir, ocurre lo mismo con los negocios y las marcas.
Naciones Unidas, hace unos años, propuso mejorar el mundo y empezó a desarrollar diferentes retos que debemos superar como sociedad para conseguirlo. Así pues, ante esta situación, las marcas deberían abrazar esta iniciativa en los aspectos que coincidan más con los intereses de los gestores de la empresa. Coger algunos de estos retos y transformarlos en su valor diferencial, comprometerse de forma activa y promover iniciativas de negocio que se basen en el cambio de procesos para alcanzar el objetivo marcado, sin olvidar la involucración tanto de gestores como de trabajadores. De este modo la empresa demuestra su compromiso, transforma el mundo y es admirada por los clientes.
Ten en cuenta que la admiración es el factor que más favorece a la reputación de las empresas. Es más, la reputación es la base de la confianza que necesitan los consumidores para tomar decisiones de compra ya que, cuando un cliente admira una marca, no suele fijarse en otras y prefiere gastar más dinero, comprar en mayor cantidad y recomendar la marca en cuestión.
Conclusión
En resumen, las marcas comprometidas son las empresas que consiguen el engagement y la fidelización de sus clientes. Recuerda que tu marca tiene que construirse en base a los gustos de tu público objetivo y lo tiene que conquistar constantemente sin olvidar la adaptación. Si tu marca tiene compromiso, las probabilidades de que tu negocio sea rentable son muchas más y al conseguirlo puedes mejorar las condiciones salariales de tus trabajadores, desarrollar productos nuevos, invertir en la optimización de procesos e innovar. Por lo tanto, tu negocio no tiene que ser una organización sin ánimo de lucro, pero sí decantarse por decisiones estratégicas que se alineen con compromisos de moda y garanticen tu futuro.
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