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El término “personalidad” se define como el conjunto de rasgos y cualidades que configuran la manera de ser y actuar de una persona y la diferencian de los demás. Como ves, una definición perfectamente aplicable a las marcas, ya que solo desarrollando su propia personalidad podrán ser únicas y diferentes dentro de su categoría.
Y aunque esto que te estoy contando parece muy obvio y seguro que recuerdas la importancia de posicionar tu marca o negocio basándote en la diferencia competitiva, hoy quiero hablarte del papel que juega en todo ello la personalidad de marca, explicarte qué es exactamente y los beneficios que aporta crear una personalidad con acierto.
¿Qué es la personalidad de marca?
La personalidad de marca hace referencia al conjunto de cualidades y atributos que posee una marca o una empresa y que han sabido hacer llegar a los consumidores de forma estratégica para establecer una conexión emocional concreta con ellos.
Dichas cualidades y atributos modelan la manera en la que los clientes interactúan con la marca, de la misma forma que son un reflejo de cómo interactúa la marca con sus clientes.
Cuando una marca desarrolla una personalidad concreta no significa que por ello vaya a ser una marca más querida, más potente o más fuerte. Simplemente será una marca más reconocible, más auténtica y más coherente. Y puede que esa personalidad guste y atraiga a un determinado número de potenciales consumidores, pero del mismo modo que no gustará y no resultará atractiva para otros.
Por lo general, la personalidad de marca es, en el fondo, un reflejo de la personalidad del público objetivo, lo que ayuda a generar un sentimiento de identificación, de cercanía, y una conexión emocional que resulta determinante para generar la fidelidad de compra.
Beneficios de crear y desarrollar una personalidad de marca.
Sobre este tema ya he hecho mención en diferentes artículos de este blog y hoy volveré a incidir en la idea: una marca sin personalidad, sin valores y sin atributos diferenciadores es una marca condenada a pasar desapercibida o ignorada por los consumidores.
Además, la personalidad de marca humaniza los productos o los servicios que vende ya que los consumidores los asociarán con esa personalidad. Quien compra los productos de una marca que destina parte de sus ingresos a la repoblación forestal, por poner un ejemplo, sentirá que está apoyando una causa que le importa cada vez que interactúe con la marca. Y al final esto es lo que de verdad cala: conseguir que el público desarrolle un sentimiento de identificación, de pertenencia, de sentirse representado por esa marca, de conectar con su forma de ser y, en definitiva, de sentirse orgulloso de comprarla.
Por ello, entre los grandes beneficios que aporta desarrollar una personalidad de marca bien construida y definida destacan:
- Alcanzar un posicionamiento en el mercado más diferenciador.
- Mejorar las posibilidades de destacar entre las marcas competidoras.
- Aumentar el engagement con los consumidores al generar un sentimiento de identificación y semejanza (“esa marca me representa”).
- Incrementar el recuerdo de marca, especialmente entre los potenciales consumidores afines a esa forma de ser.
Conclusión
¿Y cómo definir la personalidad de tu marca? Aunque a este aspecto le dedicaré más tiempo en futuros artículos, todo radica en saber definir, comunicar y aprovechar al máximo los atributos de una marca que la hacen diferente a las demás.
Cada marca es única, y seguro que la tuya también lo es, pero aprovechar lo que la diferencia para generar una personalidad única que atraiga y conecte con el público es lo complicado. Pero para eso tienes mi ayuda como consultor de branding experto en desarrollar estrategias de marca. Reserva una cita conmigo para hablar de todo esto con calma.