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El arte gráfico-pictórico es la forma más simple de escritura. La comunicación a través de imágenes cambió del pictograma al ideograma que, desde el 3000 a. de C., lo que supuso el comienzo de la historia de la escritura.
Esto quiere decir que siempre hemos buscado comunicarnos mediante los trazos. Al principio, con una representación muy fiel de la realidad, pero posteriormente estos trazos se fueron simplificando para hacer más fluida la expresión y conseguir representar conceptos abstractos, algo que con el pictograma era inviable. Hablamos del nacimiento de los pictogramas y los ideogramas
Empezaremos con las definiciones básicas, pero antes puedes echar un a mi membresía, donde encontrarás mucho contenido de valor. Te animo a que le eches un ojo y, si te apetece, te suscribas. Tienes el enlace aquí
Entender la diferencia te ayudará a comunicar mejor
– Pictogramas
Un pictograma es un signo icónico dibujado y no lingüístico, que representa figurativamente un objeto real, o un significado. Es la imagen.
Ej. Una iconografía básica: Un coche, una pelota…
– Ideograma
Un ideograma es un signo esquemático no lingüístico que representa globalmente conceptos o mensajes simples. Es la idea.
Ej. El símbolo de reciclaje o algunas señales de tráfico.
¿Por qué es importante conocer la diferencia?
En el ámbito de la comunicación corporativa, la elección entre el uso de pictogramas e ideogramas tiene grandes implicaciones en términos de efectividad y claridad del mensaje.
Ambos recursos juegan un papel importante en la representación de conceptos y la transmisión de ideas, pero, desde mi punto de vista, los pictogramas son más adecuados cuando se pretende conseguir una comprensión rápida y universal. ¿Quieres saber por qué?
1.- La mente humana necesita convertir las palabras en imágenes
Lo primero que debes tener claro es que la mente humana procesa mejor las palabras y los conceptos que se pueden transformar en imágenes. Es decir, procesa mejor un pictograma. Por eso, a la hora de elaborar textos, debes priorizar el uso de aquellos términos que los usuarios puedan convertir en una imagen clara y concreta.
El uso de palabras susceptibles de convertir en imágenes facilita la comprensión del mensaje y también su recuerdo, lo que siempre será positivo de cara a tomar una decisión de compra.
2.- No hay cabida para la interpretación subjetiva
Ahora que ya sabes que es importante escribir textos con palabras que puedan convertirse en una imagen clara e inequívoca, en aquellas piezas gráficas y audiovisuales que uses en tus comunicaciones corporativas también es mejor que optes por pictogramas.
A diferencia de los ideogramas, que son símbolos abstractos y cuyo significado puede no ser ni inmediato ni el mismo para cada persona, los pictogramas son intuitivamente comprensibles. Este atributo es crucial en el contexto comunicativo en el que la claridad y la rapidez son esenciales. Por ejemplo, un pictograma de un teléfono es universalmente reconocible como un símbolo de comunicación o contacto, independientemente de la persona que lo vea.
Los ideogramas, debido a su naturaleza más abstracta, pueden ser interpretados de maneras diferentes, lo que puede generar confusión o crear mensajes con significados menos claros. Esto es problemático en el ámbito de la comunicación corporativa en el que la claridad es crucial para conectar con el público y facilitarles el procesamiento de información.
3.- Visualmente más poderosos
Esta cuestión quizás sea un poco más discutible. Porque afirmar que un pictograma es más potente a nivel visual que un ideograma depende de muchos aspectos intrínsecos al propio diseño e inclusión de estos elementos en una pieza publicitaria o comunicativa.
Pero sí es verdad que, en general, los pictogramas son herramientas más poderosas para captar la atención, precisamente por la facilidad de su interpretación. En un entorno saturado de información, la capacidad de un mensaje para destacar es fundamental. Y destacar quiere decir también ser comprendido e interpretado fácilmente.
Los pictogramas, al estar basados en imágenes claras y directas, son más efectivos para atraer y mantener la atención que los ideogramas, que requieren un mayor esfuerzo cognitivo. Y esto es relevante en la comunicación corporativa, donde captar la atención del público objetivo y transmitir el mensaje de manera rápida y eficiente marca la diferencia.
Conclusión
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