No nos engañemos. Elegir un buen nombre para mi empresa es una parte esencial del branding. No se trata únicamente de asignarle uno que sea atrayente, sino que además servirá para aportar personalidad y valores a la marca, a la vez que tratamos de atraer la atención y el interés de nuestro público objetivo. Por lo tanto, hemos de ser conscientes desde ya que no debe ser una decisión tomada al azar.
En un post anterior ya comenté de manera detallada qué es el naming. En él, os conté que se trata básicamente de una de las partes más importantes de cualquier estrategia de branding y que se centra en la aplicación de “reglas, criterios y directrices que se construyen en base a la arquitectura de tu marca, las cuales tienen la finalidad de cohesionar y unificar la asignación de nombres de la marca de tu empresa”.
En esta ocasión, sin embargo, me gustaría profundizar un poco más en el tema y centrarme en cómo elegir un buen nombre para mi empresa. Ya sabemos que es importante acertar, pero es preciso conocer los caminos hasta el objetivo para evitar errores graves que arrastremos a lo largo de la vida de nuestra marca.
¿Realmente es tan importante elegir un buen nombre para mi empresa?
En mi experiencia como consultor de branding, he tenido la fortuna de ayudar a mejorar la comunicación corporativa de todos los clientes que han depositado su confianza en mí. Elegir un buen nombre para mi empresa nos puede reportar muchos beneficios, tanto a corto como a largo plazo
Reconocimiento más sencillo
Un buen nombre es fácilmente recordable e identificable por parte del público. Además, también ofrece una idea de a qué nos dedicamos. ¿Quieres facilitar el acceso a tus clientes? Pues el naming es el primer paso que debemos de dar.
Cuida la conexión
Una buena estrategia de branding es aquella que permite conectar con el cliente. Para conseguirlo, para remar en la buena dirección, nada mejor que invertir en el naming. Nos conseguirán retener en su memoria de forma más fácil y, a partir de aquí, podremos trabajar en fortalecer el vínculo con ellos.
Diferenciarse para triunfar
Otro motivo para elegir un buen nombre para mi empresa. Una denominación acertada para nuestra marca nos aportará un plus, una identidad propia que nos diferencie de la competencia.
Aspectos a tener en cuenta para elegir un buen nombre para mi empresa
Son varios los criterios a valorar a la hora de proceder al naming de nuestra compañía. Aspectos básicos que no podemos pasar por alto para alcanzar el éxito:
- El nombre ha de sonar bien
- Ha de ser claro
- El naming de una marca ha de ser siempre positivo, escapando de aquellos cuya connotación pueda ser considerada como negativa
- ¡Si el nombre da juego, mejor!
- A veces, elegir un buen nombre para mi empresa es tan sencillo como ponérselo fácil a nuestros clientes
- Cuidado con las iniciales. Puede que no seamos tan importantes como creemos
Consecuencias de no elegir un buen naming.
En la introducción de este artículo mencioné lo importante que es evitar errores graves de naming que podrían arrastrarse a lo largo de toda la vida de la marca. Pero, ¿a qué errores me refería y qué consecuencias tendría no elegir un buen naming? A continuación te explicaré un poco más sobre esta cuestión que no hará más que reforzar la idea de lo importante que es acertar con el naming de tu empresa.
Debes tener muy presente que equivocarse a la hora de elegir un buen naming de marca o negocio puede implicar reacciones negativas que causen desde la pérdida de valor financiero hasta un verdadero problema de reconocimiento entre el público. Como bien resumió Nassim Javed, presidente de la ABC Namebank: “ Elegir un mal nombre es ayudar a la competencia”.
1ª consecuencia: no resultar memorable y perderse en la obviedad.
Una regla básica del buen naming es que más que describir, debe distinguir. O dicho de otra forma, debe ayudar por encima de todo a que una marca o un negocio destaque y se diferencie de la competencia. Porque solo así será recordado por los consumidores, haciendo que sus posibilidades de ser elegido en una decisión de compra aumenten considerablemente.
Nescafé, Nacafé, Unicafé, Moncafé, Kingcafé… ¿de verdad crees que con un nombre similar vas a conseguir los objetivos que te propones?
2ª consecuencia: tener que invertir mucho más en branding.
Cuando no se ha elegido un buen naming, la empresa o la marca tendrá que realizar muchos más esfuerzos para asentar su identidad, lo que se traduce en mucha más inversión en branding, comunicación o publicidad.
Elegir un naming demasiado largo, difícil de pronunciar, de leer o de memorizar, como es el caso de la marca de cosmética capilar Schwarzkopf, tendrá como consecuencia que conseguir recuerdo y popularidad a la marca/empresa será más caro de gestionar y requerirá de más campañas y acciones comunicativas que ayuden a situarlo en la mente del consumidor. Lo que se traduce en mucha inversión económica para conseguir unos resultados aceptables.
3ª consecuencia: no transmitir la esencia de tu marca.
Muchos nombres de marcas o de negocios apelan al momento de su creación, reflejan su origen geográfico o mencionan a la persona fundadora. Esta idea podía funcionar muy bien en el pasado, pero en el actual mundo global tiene una importante consecuencia: no permiten transmitir ninguno de los atributos o de los valores de ese producto, marca o empresa y que son cruciales para resultar recordados.
Como conté en este post, no se trata de ser literales ni literarios y hacer alusión explícita a lo que haces o vendes, pero se debe encontrar la fórmula de transmitir la esencia que haga que el nombre de tu empresa o tu marca conecte emocionalmente con los consumidores, capte su atención y les haga sentir que puede resolver su problema o necesidad.
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