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La forma en la que te comunicas con tus clientes es clave, pues no se trata de hablar sin parar sino de conversar con soltura pero también saber escuchar. Por lo tanto, mejorar la habilidad de comunicarse es primordial para presentar un buen perfil y conseguir así cerrar un mayor número de ventas.
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Qué es la comunicación efectiva
La comunicación efectiva se basa en el hecho de que el emisor (en este caso tú o tu equipo) comparta información, conocimientos e ideas, es decir, el mensaje; de la manera más comprensible posible para que el receptor (el cliente o el público objetivo) le entienda. Para ello el emisor debe transmitir el mensaje con claridad, escucha activa y también empatía.
¿Por qué es importante la comunicación?
Con buenas técnicas de comunicación efectiva, el mensaje llega sin problemas y no suele haber malentendidos. Para ello, el emisor debe ser creíble, coherente y tener autoridad sobre lo que está comunicando. Además, debe hablar de manera clara y concisa, con conceptos y datos claros que no dejen lugar a equívocos, como te explicaré más adelante.
La comunicación efectiva no entiende de canales, porque lo importante es que el mensaje llegue. Por eso, es perfectamente posible llevar a cabo una comunicación efectiva de manera escrita, oral e incluso mediante señas.
Este estilo de comunicación, traducido al sector empresarial, es especialmente importante para los comerciales, ya que un mensaje que se elabora de manera correcta, además de ayudarte a comunicar mejor los beneficios de tu producto o servicio, también te ayudará a entender mejor las necesidades o dudas de tus clientes potenciales; hecho que te conducirá a cerrar más y mejores ventas.
Pasos a seguir
Para que la comunicación que lleves a cabo con tus clientes sea efectiva, debes tener siempre presentes los siguientes aspectos:
Ser claro
Los mensajes ambiguos no son una opción, por lo que tienes que ser lo más claro posible tanto en tu expresión como en tu pensamiento. Algunos ejemplos podrían ser no hablar demasiado rápido, practicar la pronunciación y la proyección de tu voz o evitar hacer referencia a contextos culturales que el receptor pueda no entender.
Hablar con propiedad
Debes tener cuidado a la hora de elegir tus palabras, pues deben adecuarse al nivel de formalidad que tengas con el cliente en cuestión a la vez que han de ir acorde con tus propósitos. En el caso de que el mensaje lo transmitas por escrito, es muy importante que cuides el formato, el contenido, la gramática y la ortografía si no quieres dar una mala imagen.
Ser conciso
Intenta reducir todo lo que puedas la cantidad de palabras para que la claridad no peligre y ofrezcas la información que realmente es relevante. Si transmites un mensaje conciso arreglado en una secuencia coherente, además de ahorrar tiempo, atraerás la atención de los clientes y estos lo entenderán más fácilmente.
Tener en cuenta el feedback
En el proceso de la comunicación, tanto el emisor como el receptor tienen la misma importancia. A veces, aunque haya habido un gran esfuerzo, el receptor se ve incapaz de aportar una retroalimentación o el emisor no interpreta bien sus comentarios. De esta forma, es crucial no tergiversar las palabras de tus clientes así como lo es también que tus mensajes no generen dudas.
Ser empático
Debes tener una actitud abierta con los clientes e intentar sintonizar con lo que ellos sienten y piensan. En la medida de lo posible, has de mostrar empatía para poder así anticipar las reacciones de tus receptores y brindarles una mejor respuesta.
No olvidar la escucha activa
Una de las mejores características que puede tener un comunicador es saber escuchar, por lo que tienes que prestar mucha atención a lo que la persona o personas preguntan y dicen. Una buena táctica es reafirmar lo que tu receptor ha respondido.
Controlar la comunicación no verbal
El lenguaje corporal influye a la hora de transmitir el mensaje: el movimiento de tus manos o tu cuerpo, el contacto visual… Es importante que tu postura sea relajada y que uses un tono amistoso, la cual cosa te hará parecer más cercano e inducirá a los clientes a hablar contigo de forma abierta. Por otro lado, mientras hablas, también debes prestar atención a las señales no verbales de los receptores, pues estas te revelarán cómo se siente la persona y te ayudará a saber cómo seguir el proceso de comunicación.
Hablar con respeto
Si hay respeto, hay más compromiso. El simple hecho de llamar a esa persona por su nombre ya hace que esta se sienta apreciada, así que céntrate en hacerla sentir cómoda a la vez que importante sea por el canal que sea (correo electrónico, redes sociales, teléfono…).
Recomendaciones
Las ventas no suelen cerrarse enseguida, sino que la mayoría de los tratos se consiguen después de varias reuniones o conversaciones con el cliente. Así pues, es importante que cada una de las interacciones vaya acompañada de una comunicación efectiva. Algunos consejos para mejorarla pueden ser:
Aprender a leer entre líneas
Entender lo que tus clientes no dicen es clave para identificar su mensaje real. Y es que formular las preguntas en base a la situación puede ser decisivo para cerrar la venta.
Recurrir a ejemplos o anécdotas
Para ser persuasivo no basta con hablar de forma retórica e incluir frases ocurrentes. Contar anécdotas o dar ejemplos específicos para apoyar lo que se intenta transmitir es un recurso que suele llamar la atención y convencer a la gente.
Demostrar los conocimientos especializados
Cuando vendes para una industria en concreto, debes conocer las audiencias, sus comportamientos, actitudes y patrones de compra. Por lo tanto, tener una conversación profunda en la que demuestres tanto la cantidad como la calidad de tus conocimientos, hará que los clientes te vean como un experto y tenderán a confiar más en ti o tu empresa.
Transmitir confianza
En cualquier tipo de negocio hay un porcentaje de riesgo aunque si lo transmites de la forma correcta, manifestándolo positivamente junto a información verídica, lograrás cerrar más ventas. Debes destacar las características valiosas de tu producto o servicio a tus clientes y hacerles saber que también tienen poder de decisión, por ejemplo, en la cancelación o duración del trato.
Persistir pero no importunar
La línea entre estas dos acciones es muy fina. Ser muy insistente con tu cliente cuando no obtienes una contestación probablemente hará que este se retire. Así pues, si no recibes respuesta, una buena opción es cambiar el enfoque: enviar un correo diferente a cada persona, cambiar el encabezado, hacer call to actions más simples… Si quieres saber qué es un call to action y cómo hacerlo, puedes consultarlo aquí.
Ser asertivo
La asertividad es un plus en toda comunicación, y ayuda a que el mensaje llegue a su destinatario dentro de un clima agradable. Con una actitud asertiva en una conversación, los dos interlocutores suelen estar dispuestos al diálogo, por lo que es mucho más fácil que la situación esté calmada, no se malinterpreten mensajes y no se llegue al conflicto.
Conclusión
En resumen, la comunicación efectiva es un factor clave en la ventas e influye mucho a la hora de cerrar tratos. Potenciarla dentro de tus posibilidades y empezar a practicar lo antes posible te conducirá a un mejor desempeño y, por consiguiente, tu empresa obtendrá un mayor éxito.
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