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Vender en el siglo XXI requiere estar modernizado y también familiarizado con ciertas ideas de ventas. El acto de vender, desde hace milenios, se ha visto como un sistema de intercambio de valores entre individuos, un acción prácticamente incluida en los dilemas y esencia humanos. Por lo tanto, es más que una transacción económica, pues vender es entregar valor y transferir a la otra persona algo que le ayudará y marcará la diferencia en su vida. Vender también es desbloquear una decisión apropiada para ambas partes del negocio pero, sobre todo, para el cliente en cuestión. En este artículo veremos algunos consejos para vender más.
Trucos para aumentar ventas
Cuidar el texto
Un vendedor no necesitar tener el texto siempre listo ya que, en cada ocasión, el cliente es diferente. Debe improvisar mediante algunas técnicas para crear el texto y en base a todas sus experiencias. No obstante, una buena parte del texto ya se puede estructurar antes de entrar en contacto con el cliente. Primeramente, el vendedor tiene que conocer el producto que ha de vender, tanto las características como la manera en que puede ayudar al consumidor a resolver su problema. Este primer punto transmite confianza a los compradores.
El segundo paso es averiguar quién puede ser el posible comprador para comprender de qué forma puede ayudarle el producto. De esta manera, el vendedor podrá anticipar, en gran medida, las objeciones del cliente. Cuando la persona que vende cree en lo que dice y comprende los problemas del consumidor, surge una conexión entre ambos que completa la venta y retiene al cliente.
Por otro lado, si el texto es importante en el contexto de una tienda física, en el mercado digital es crucial porque, como no está presente el vendedor para ayudar al cliente a decidir, la página de ventas debe ocupar su lugar. Y es que, en muchas ocasiones, los productos dejan de venderse no por falta de calidad, sino por el mensaje que aparece en las páginas web. Por consiguiente, te hago algunas recomendaciones:
- Evita ser genérico: si conoces bien a tus clientes potenciales, conectarás más con sus problemas y transmitirás más credibilidad al venderle una solución.
- Crea un conversación fluida: el cliente tiene que poder moverse por la página de ventas teniendo la impresión de que alguien le habla y le presenta el producto.
- Esquiva el síndrome de la página en blanco: haz una encuesta para hablar con tus clientes y descubrir lo que les gustaría leer para no inventar así un texto de la nada.
Crear metas honestas
Perseguir objetivos inalcanzables solo te conducirá a la frustración. A pesar de que los resultados sean buenos, si las expectativas no se cumplen, se convierten en espejo del fracaso. Y es que los objetivos audaces para tu negocio pueden motivarte, pero acaban siendo una trampa para ti mismo. Con el fin de evitar esa tentación de querer abarcar el mundo entero con las dos manos sin ver tu progreso real, te sugiero que uses el método SMART para evaluar tus objetivos:
- Específico: tiene que dejar claro lo que se quiere lograr.
- Medible: la meta tiene que poder medirse.
- Alcanzable: tienes que asegurarte de que tienes todos los elementos necesarios para conseguir el objetivo (tiempo, conocimientos, recursos…).
- Relevante: la meta ha de ser fundamental para que tu negocio tenga éxito.
- Temporal: debes contar con el tiempo suficiente para empezar la meta y completarla.
Ayudar a las personas
Para lograr tu meta, además de ser honesta, tiene que ayudar a mejorar la vida de las personas. Vender no es solo conocimiento, estrategias, técnicas y expectativas, sino también servir y ayudar a los clientes. Los compradores se dan cuenta cuando solo te centras en vender y cuando les quieres ayudar de verdad. En el último caso, el vendedor no tiene miedo de ofrecer el producto al consumidor porque cree que este marcará la diferencia en la vida del cliente, lo cual facilita el acercamiento entre ambos sujetos y aumenta las posibilidades de venta.
Ser un consultor
Hay un visión negativa del vendedor y de lo que implica vender en general. Dicha reputación proviene de falsas promesas, enfoques invasivos e insistencias para comprar un producto que no se necesita. Y es que pocas personas se convierten en vendedoras porque era su sueño, sino porque suele ser una primera oportunidad de trabajo que no requiere experiencia. Esta elección de la profesión no es la adecuada para ser un buen vendedor.
Por consiguiente, en vez de ser un vendedor, es mejor verse como un consultor, el cual tiene un nivel educativo más amplio y mayores conocimientos sobre el producto, el mercado y el mundo en general. Un consultor asesora en base a la situación en la que se encuentra el cliente y también en función de su círculo social. En este contexto, el cliente se siente más cómodo porque se siente comprendido por el vendedor, lo cual aumenta la posibilidad de venta.
De esta forma, mientras el vendedor solo vende, el consultor educa. Se interesa por conocer al cliente antes de ofrecerle algo para ver cómo puede ayudarle, siendo consciente de que el producto puede no ser adecuado para todo el mundo. Es más, los consultores tienen pasión por el área en la que trabajan y se dedican a ello con devoción: estudian sobre el tema e investigan para sacar lo mejor de ellos mismos y resolver los problemas de los compradores.
Conclusión
Si quieres ser un buen vendedor no solo tienes que querer vender, sino también saber cómo hacerlo. Es importante que cuides tus mensajes y que conozcas tanto el producto que ofreces como las personas a las que te diriges, lo cual te ayudará a transmitir más confianza y a conseguir ventas más fácilmente. Por otro lado, también tienes que tratar de marcarte metas realistas para no frustrarte y centrarte en mejorar la vida de los demás. Si tu intención es ayudar a los clientes, ellos lo notarán y mejorará vuestra relación e incluso podrá dar lugar a la fidelización. Por último, y en línea a la voluntad de querer ayudar a los demás, tienes que contar con los conocimientos necesarios para vender y asesorar a los compradores en base a su perfil y a sus problemas concretos. Por consiguiente, estudiar e investigar tu público objetivo, tus productos y el mercado en el que te mueves es crucial para que tu negocio alcance el éxito.
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