Ser consultor se ha puesto de moda en los últimos años y la demanda que se recibe es de cada vez mayor. Esta nueva profesión se basa en dominar un tema específico y usar dicho conocimiento para ayudar a otros. Como hay diversos tipos de consultores, es importante que a la hora de contratar uno, elijas el adecuado en base a lo que necesites.
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Qué hace un consultor
Un consultor ayuda a sus clientes en temas que estos no conocen suficientemente para resolverlo por sí mismos. Sus clientes pueden ser tanto personas físicas como empresas, pues lo que les define es la búsqueda de alguien que controle un área de actuación concreta para responder a sus necesidades. Esta ayuda la puede brindar un solo profesional o un equipo formado por diversos consultores especializados en el sector. Así pues, el papel de un consultor es bastante amplio, aunque todos tienen en común el diagnóstico de problemas, la búsqueda de soluciones y mejoras, el establecimiento de metas y el trazo de caminos para llegar a los resultados marcados.
Características principales
Un buen consultor debe responder a las demandas de sus clientes para convertirse en un referente dentro del área en el que trabaje. Aunque no todo el mundo nace con las habilidades necesarias para ser consultor, la mayoría de ella se pueden desarrollar y perfeccionar mediante el estudio, la práctica y la experiencia. A continuación, señalo las principales características que debe presentar un consultor:
Coherencia
Un consultor, al tratar con personas cada día, tiene que comunicarse bien para transmitir su conocimiento y orientar al cliente de la mejor forma posible. Por lo tanto, también tiene que tratar de ganarse la confianza de la gente, transmitir profesionalismo y seguridad y comprender lo que debe hacer para conseguir resultados positivos.
Visión amplia y sistemática
El consultor se suele contratar para resolver un problema en concreto, pero muchas veces este problema está vinculado con otras cuestiones que interfieren en el objetivo final de los clientes. Así pues, si no tienes una visión amplia, puedes ignorar aspectos relevantes y terminar trabajando de forma superficial. Trata de ver al cliente y a la empresa como un todo, teniendo en cuenta todas las ramificaciones del problema en cuestión y todas las personas involucradas en dicha situación.
Saber cuáles son tus limitaciones
A pesar de que el consultor sea un figura con autoridad en su nicho, también puede tener dudas y desconocimientos. Es importante que sepas cuáles son tus límites y pidas ayuda o rechaces encargos si no te ves capacitado para hacerlo. De tal modo que debes ser transparente si no puede ofrecer lo mejor para evitar dar mala imagen y no frustrar las expectativas del contratante.
Involucramiento
Un consultor debe incluir a todas las personas involucradas en el proceso de cambio que desarrolla dentro de la empresa que le ha contratado. Tienes que evaluar todo el funcionamiento organizacional para entender a qué áreas afectarán tus cambios y, una vez desarrollado el diagnóstico, hacer partícipes del proceso a todos los empleados para que no haya problemas a la hora de llevar a cabo las acciones definidas. De esta forma, todos los trabajadores relacionados con el área en cuestión se sentirán valorados y estarán dispuestos a contribuir en el crecimiento empresarial.
Controlar los tiempos
A pesar de que los clientes siempre tengan prisa para ver los resultados, el consultor no siempre puede resolver todos los problemas dentro del período que su cliente quiere. El contratante no suele saber lo que se tiene que hacer y no sabe cuánto tiempo se necesita para llegar al resultado final. Por ello, tienes que ser claro sobre el tiempo que te llevará completar el proceso y cumplir los plazos que hayas definido.
Compartir logros
El proceso que realiza un consultor para resolver un problema no puede funcionar si no hay colaboración por parte de todos los involucrados, por lo tanto, tienes que compartir los logros con los que han colaborado para que la planificación se haga realidad y sigan motivados. Y es que es muy importante dar un feedback y reconocer que la consultoría es un trabajo en equipo que involucra a profesional, cliente y todas las personas implicadas en los cambios.
Contar con conocimientos específicos
Si un consultor quiere destacar en el mercado, tiene que contar con conocimientos particulares que sean la solución exacta que su nicho busca. Está bien saber asuntos más amplios para tener una buena base, pero especializarse en un área concreta aumenta las probabilidades de convertirte en un referente y aumentar tu visibilidad. Y es que al especializarte en un sector muy específico, tu demanda puede ser menor pero el trabajo realizado tendrá más asertividad y calidad, lo cual hará que tus clientes se fidelicen y que hablen bien de ti a los demás.
Identificación de oportunidades
Los consultores no pueden esperar a que los clientes acudan a ellos, sino que tienen que buscar oportunidades de trabajo. Tener ambición e invertir en networking, asistir a eventos, divulgar tu trabajo o formar parte de grupos sobre el tema que dominas para darte a conocer, son algunas maneras de conseguir la confianza de los clientes potenciales. Por otro lado, no olvides estar atento a las demandas y nuevas tendencias de tu público para adaptarte a ello y posicionarte así ante los competidores. Cabe decir que la identificación de oportunidades se basa en la dedicación y el estudio ya que el mercado prioriza profesionales actualizados que sepan evolucionar para ofrecer lo mejor siempre.
Creatividad
Trabajar en una consultoría requiere enfoques personalizados y únicos, pues cada situación a la que te enfrentas es diferente. Si no usas tu creatividad y creas estrategias diferentes, no podrás hacer frente a la diversidad que supone este trabajo. Así pues, al esforzarte en desarrollar prácticas innovadoras y usar nuevas herramientas durante el proceso, además de presentar y divulgar tu servicio, las personas implicadas estarán más motivadas en aportar al cambio.
Conclusión
Las consultorías pueden ser de muchos tipos, no obstante, hay ciertas ramas en las que es más común encontrar tanto consultores como personas interesadas en su servicio: de recursos humanos, de ventas, de gestión empresarial, de marketing o financiero. De todas formas, hay otras muchas ramas más, ya que la consultoría consiste en trazar nuevos caminos en la carrera de alguien o de una empresa y generarles una renta extra. Asimismo, un consultor no necesita trabajar de forma presencial, sino que también puede hacerlo online.
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